domingo, 20 de mayo de 2007

CAN


Una nueva etapa se abre y una gran era se cierra. Este es el momento en el que “abandono” el hogar familiar para desembarcarme en el mundo laboral fuera de mi “territorio”.

Y es que no hace más de una semana (el lunes para ser exactos) me encontraba entrevistándome para acceder a Caja de Ahorros de Navarra, una entidad nueva en el País Vasco pero muy extendida en Navarra.

Todo un abanico de posibilidades es lo que se me ofrece en esta nueva época de mi vida. Compañeros de piso (donosti y bilbo), experiencias laborales, experiencias personales, vivencias, acontecimientos, viajes de ida y vuelta a Vitoria y un largo etc. que harán de mi estancia temporal en Pamplona una parte significativa de mi vida como individuo.

Tristes son los acontecimientos entre los que se han desenlazado los primeros capítulos de la historia. Un día antes de anunciarme la incorporación a CAN mi amona ingresaba con pronostico muy grabe en la UCI. Cuatro intensos días después me cuida de una forma muy especial. No puedo verla, no puedo oírla, tocarla u olerla; pero se encuentra cerca de mí, eso sí que puedo sentirlo. Me cuida desde lo más profundo de su corazón, sobre todo ahora que sabe que me encuentro fuera de lo que hasta hace una semana era mi hogar.

Pero la vida continua, el mundo no se para y mi rendimiento ha de ser del 100%. Desde lo más profundo de mí, encuentro fuerzas (y se que mi yaya me ayuda a sacarlas) para poder ser eficiente y eficaz en mi trabajo.

Es viernes y son las 21,30 pm de la tarde. Voy en el bus de camino a Vitoria y un precioso cielo anaranjado por el impacto del sol en las nubes me da la bienvenida a casa. Un homenaje que seguramente mi amona me brinde por la semana de trabajo y esfuerzo realizados pese al dolor que reinaba en mi interior, el espectáculo de luz y color me acompañará durante la mayor parte de mi trayecto.

Con todo el amor de mi corazón, en memoria de Francisca Álvarez Navarro.

Andoni Fernández Guerrero.

1 comentario:

Andoni Arandia dijo...

Muy buen post. Siento mucho lo de la yaya, todos la queríamos mucho, y lo seguimos haciendo. Ahora tienes que seguir adelante, que es lo que ella más hubiera querido.

Tienes que darlo todo en CAN, sabes que la yaya estaba muy muy orgullosa de ti.

Aprovecha esta oportunidad que te brinda la vida y aprende mucho de ella.

Saludos,

Andoni Arandia.